BIENVENID@S A LA REALIDAD!!!!

La Discriminación contra las mujeres, es un problema tan antiguo, como la historia de la humanidad,  sin embargo a partir del siglo XX, se empezó a dar un cambio  en diferentes esferas de la vida, esto nos brindó la posibilidad de abrir nuevas puertas para  avanzar.

Así, en 1946, la Organización de Naciones Unidas creó la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, la cual comenzó a preparar en 1974 una “Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer” (CEDAW por sus siglas en inglés). La CEDAW fue aprobada cinco años después, el 18 de diciembre de 1979, por la Asamblea General de la ONU y hasta ahora sigue siendo un documento clave para la lucha contra la discriminación hacia las mujeres en todo el mundo.

En México, está documentada la discriminación al sexo femenino desde la época prehispánica, algunos ejemplos de esto son el uso del calzado como exclusivo para el hombre y el hecho de que la mujer fue utilizada como prostituta, a la que se le conocía como ahuianime  o alegradoras.

En la actualidad a pesar de que hemos logrado grandes avances, todavía este problema es  una realidad y afecta las diferentes esferas en que se desenvuelve,  revela  el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (ENADIS), 2010.

De aquí se desprende que los principales problemas de las mujeres son: situaciones con el empleo, acciones que se relacionan con la inseguridad,  el abuso, acoso, maltrato,  violencia y discriminación.

También destaca de esta encuesta  que, el 39.8% de mujeres afirman que piden permiso a sus esposos para  salir solas de noche, 23%  tiene que consultar a  su pareja para decidir por quién votar y el 8.6% pide permiso a su pareja para tomar anticonceptivos.

Con todo esto pareciera que las mujeres, por haber nacido mujeres,  no tienen las mismas   oportunidades de  desarrollo: sueldo inferior al de los hombres que ocupan el mismo puesto, no tienen las mismas facilidades de estudio, ni de trabajo, no pueden realizar sus proyectos de vida a plenitud, en ocasiones no pueden tomar decisiones, ni gozar de sus derechos.

Tampoco hay que olvidar que las consecuencias de esta discriminación afectarán a las mujeres a lo largo de toda su vida, porque dejan de creer en sus capacidades y habilidades, baja su autoestima y en algunos casos terminan creyendo que efectivamente son inferiores. Además este aprendizaje si no es corregido se transmitirá a la próxima generación.

TÚ PUEDES HACER LA DIFERENCIA 

Todos tenemos que reflexionar sobre los aspectos que debemos cambiar, para lograr una convivencia equitativa, que se fundamente en el RESPETO, en lugar del abuso y la violencia sobre él o la “más débil”.

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